La exploración de los variados ecosistemas de los bosques y páramos de los Cerros Orientales se convierte en una vivencia reveladora.
Tengo la oportunidad de apoyar a APICCA COMÚN en la investigación sobre la importancia de la coexistencia de múltiples especies y la necesaria conectividad de los ecosistemas. Por eso hoy quiero compartir algunas experiencias de campo de los colaboratorios abiertos en la vereda El Verjón.
Un encuentro con el bosque
Nuestro camino por la vereda comenzó un día fresco de marzo prometiendo aventuras y descubrimientos. Nos adentramos en la quebrada Carrizal/Gallinas, un lugar en donde cada paso revelaba un nuevo misterio. Nos encontramos con zonas pantanosas que, contra toda expectativa, aparecían secas, un testimonio mudo del cambio que afecta incluso a esta montaña.
La resistencia de la vegetación local, en particular del bosque de ericáceas con sus hojas acartonadas y brillantes, nos habla de una naturaleza que, a pesar de las adversidades, florece. Estos pequeños detalles nos recordaron la importancia de preservar estos hábitats, no solo para nosotros, sino para las innumerables especies que dependen de ellos.
La emoción de descubrir el páramo
Otro día de abril nos encontró siguiendo un nuevo sendero, esta vez hacia la laguna El Verjón. El camino, que comenzó pavimentado, pronto dio paso a una trocha salpicada de piedras. Estaba rodeado de una vegetación enana que apenas cubría el suelo, era un claro ejemplo de la adaptación de la flora a esas exigentes condiciones del páramo.
Las orquídeas Epidendrum, testigos de la historia biológica de la región, adornaban el paisaje con su presencia, marcando el ritmo de nuestra caminata con sus flores en proceso de senescencia. El avistamiento de Pandion, un águila pescadora, majestuosa con su envergadura de dos metros, fue un momento de conexión profunda con la naturaleza que nos rodeaba.
La importancia de la conexión multiespecie
Esta serie de salidas de campo no es solo un acto de exploración física, sino un viaje hacia la comprensión de cómo diferentes especies, incluidos los humanos, podemos coexistir y prosperar juntos. Cada encuentro con la flora y la fauna local, cada observación de los cambios en el ecosistema, nos acerca más a entender cómo nuestras acciones influencian y son influenciadas por este mundo vivo.
En cada visita a estos hábitats, desde los bosques de ericáceas hasta las aguas cristalinas de la laguna El Verjón, nos llevamos no solo recuerdos, sino también aprendizajes sobre la belleza que emerge fruto de la resiliencia de estos sistemas complejos, la cual es un recordatorio vibrante de que cada esfuerzo que hacemos por entender y preservar los ecosistemas es una oportunidad para compartir y expandir nuestras experiencias vitales.
A quienes se interesan en profundizar más sobre la biodiversidad de los bosques y páramos de los Cerros Orientales, los invitamos a participar en los colaboratorios abiertos por APICCA COMÚN para seguir encontrándonos y conectando con estos increíbles vecinos multiespecie.
Ingrid Obando
Licenciada en biología y coordinadora de UBA quien impulsa LaBosquescuela, un lugar para el aprendizaje en torno a la botánica aplicada.